Pepe Laso opina sobre el Clinic Diputación de Ourense.

Extraido de Eurosport

Un año más la Diputación de Ourense me invitó al Clinic que hace cada año, el de éste hacía el número 18. La organización es perfecta y la asistencia de un centenar de entrenadores asombrosa, sobre todo por las fechas en que este año se realizaba, supongo que el asunto de contratar entrenadores estrella no es fácil.

Don Ángel Cid, alma del evento, en su despedida mostraba su preocupación por el posible agotamiento del sistema Clinic: tres o cuatro entrenadores trasmitiendo sus experiencias. No sé, es posible; sin embargo la “actuación” del excéntrico, baloncestísticamente hablando, entrenador americano Arseneault y la del singular Pesic me hacen dudar de que sea así. Sólo la PASIÓN que mostraron, la fe en sus ideas, y la sencillez de sus planteamientos, fueron suficientes para que yo, por lo menos, lo pasara bien.

Es posible que lo que falle en los Cinics, como en la mayor parte de los mítines baloncestísticos es saber, las preferencias por parte de los asistentes y el nivel medio de estos con el fin de adecuar correctamente el evento. Me explico: debido a la información de que disponemos es imposible que un entrenador, por bueno que sea, sorprenda a sus alumnos con una pócima mágica para defender o atacar mejor y consecuentemente ganar más partidos.

Esta realidad creó frustración al comprobar que todo lo que decía Pesic ya era sabido; ¡pues claro! ¿por qué se infravaloran así mismos los entrenadores asistentes?, ¿por qué creen que el “catedrático” oculta determinadas cosas, y entonces se preguntan ¿en qué consiste la diferencia entre el profesor y el alumno?. Solo en pequeños matices generalmente basados en aspectos emocionales como fortaleza de carácter, fe ciega y acumulación de experiencias, lo que les da capacidad para solucionar los problemas puntuales tanto técnicos como de relaciones humanas.

A mí me gustaron los dos, Pesic y Arseneault y sobre ellos quiero hacer alguna reflexión. No se si habéis leído, sino hacerlo, un librito que habla de él publicado por Zona 131, su filosofía es atacar y atacar sin dar cuartel al contrario, llevar el resultado a más de 120 puntos. Hace muchos años estuvo en España un entrenador profesional con el mismo perfil técnico. Éste es mejor, tiene normas de obligado cumplimiento, entre otras tirar triples sin parar. Su juego obliga a reflexionar y definitivamente me decanto por él antes que por el 44-40 de algunas universidades. Didácticamente un fenómeno y humanamente tanto como su esposa y sus dos hijos gente encantadora, como toda clase media americana, educación exquisita.

Pesic es un torbellino. Se quiere a sí mismo ciegamente y no lo oculta. Es espontáneo, habla sin ocultar sus pensamientos y sabe que entrenar es un reto diario; como dice Fernando Sabater, “Caballeros, ustedes o yo”, así recibe a sus alumnos el primer día de clase. Quizás su pasión por el baloncesto le llevó de joven a saltarse la clase de urbanidad. Se fue de la boca con una profesora asistente al curso, pero ella, mujer inteligente se la sabrá perdonar, y yo desde aquí se lo suplico. Prefiero la espontaneidad de este serbio a lo que se lleva en estos momentos, o pusilánime en unos casos o retorcidos en otros. Me resultaron agradables las 48 horas que coincidí con él.

Algunas cosas de Pesic: “yo sé como es un entrenador de un equipo al momento, sólo viendo como defienden”, “yo prohibiría a los cadetes defender zona, tienen que aprender a defender hombre a hombre”, “los conflictos, si se plantean con los jugadores, los soluciono yo, y los gano”, “la defensa es CONTINUIDAD desde el mismo momento en que pierdo el balón”... Y a esto le añado, ¡que más da que postura defensiva adoptar!. El, mandando a la línea en el 2x2 defensivo, gana títulos y otros con la misma idea no los ganan. La PASIÓN define a este entrenador singular.

Estuvo también Mahoric, entrenador esloveno con un recorrido exitoso y que el año que viene entrena al Olimpia de Ljubljana. Tiene problemas de comunicación, le falta eso con lo que se nace... no seduce como los otros maestros.

Me cuesta no hacerlo, pero permitirme no opinar sobre el trabajo que hizo Pablo, me lo impide un mínimo de pudor, pero puedo aseguraros que mantiene la misma pasión que los maestros, ¡y que coño!, la misma que se apodera de mí cuando tengo delante a 100 entrenadores soportando estoicamente horas de baloncesto con una meteorología francamente atorrante.

Felicitar de nuevo a Ángel Cid por el derroche de atenciones que brinda tanto a profesores como oyentes, y decirle lo triste que me fui de Orense después de la clausura, en la que tuvo el lapsus de tildarme de Don José Laso, espero que no se repita o tomaré represalias.

P.D.: Buscar información sobre el Clinic en la página www.clinicourense.com y encontrareis algún ejercicio que seguro os gustará.